Hace
un par de veranos, y con motivo de la celebración del “Campeonato del Mundo de
Fútbol de Sudáfrica”, posteamos una serie de artículos propios relacionados con
la interacción entre el deporte rey y el comercio retail. Algunos de vosotros
sugerís que, de muevo, con motivo de la “Eurocopa 2012” de Turquía y Polonia,
“LinealCero” recupere esa literatura con nuevas entradas de aquella guisa que
tanto fuelle insufló a esta modesta weblog de tenderos en sus inicios. Este
será el resultado: la serie “Football Mart”.
“LinealCero”.
En Barcelona, a día uno de junio de 2012.
Mirando hacia un par de primaveras atrás, cuando esta weblog inició su tímida aventura (que sigue siéndola) como resultado de un pique entre dos jefes, por entonces, de sector de la enseña “E. Leclerc” y un gerente de tienda como respuesta a un reto lanzado por uno de sus directivos desde Madrid, uno percibe cuan absurdo cuando no pueril resultan los orígenes de ciertas iniciativas demostrativas. Es el caso particular de la nuestra. Este blog nació de la rabia y del orgullo de ser profesionales de tienda cimentándose para dar sentido a nuestra profesión de tenderos. Hemos de reconocer, no obstante, que accidentalmente adquirió cierta popularidad aquella primavera-verano a rebufo de chupar rueda de una cosa que por allí pasaba entonces en ese momento llamada “Mundial”. De ese guiso de pluma y balón salieron textos curiosos como “El Murmullo de los Elefantes” o simpáticos como las del “ambush marketing". También un tanto cañeros como “Efecto Mundial, daño colateral”, donde se arengaba a los nuestros a superar el bajón y recuperar la ilusión y el aliento ante nuestro primer encuentro perdido ante Bélgica. Al objeto así como de metáfora caústica de superación colectiva a base de vítores de la crisis económica. Pareciera leyendo aquellos post desde la distancia del tiempo que Villa y Casillas tuvieran entre sus manos y piernas la salvación del país. Fue sorpresivamente cuando ésta bitácora aún en pañales, para asombro de nosotros pocos, más gratos correos electrónicos recibió. Así, como de repente, disfrutamos de nuestro verano de gloria. En este caso hasta te leían los de casa, que nunca uno es digno profeta de su tierra. Y, en el peor de los casos, hasta se multiplican los lectores y te daban algún premio o por contra descrédito, que siempre cae algo del cielo sobre tu cabeza cuando se desenvaina la pluma. Y entonces todo lo que empezó siendo un juego, se convierte en algo que aparentemente tiene forma de herramienta apasionada y que, en muchos casos, no gusta en exceso a los jefazos incluso cuando se habla bien de sus logros. Bueno estuvo hasta posteriormente caímos de nuevo en la vulgaridad frente al navegante en el inmenso océano-cosmovisión que ya implica la red de redes.
Mirando hacia un par de primaveras atrás, cuando esta weblog inició su tímida aventura (que sigue siéndola) como resultado de un pique entre dos jefes, por entonces, de sector de la enseña “E. Leclerc” y un gerente de tienda como respuesta a un reto lanzado por uno de sus directivos desde Madrid, uno percibe cuan absurdo cuando no pueril resultan los orígenes de ciertas iniciativas demostrativas. Es el caso particular de la nuestra. Este blog nació de la rabia y del orgullo de ser profesionales de tienda cimentándose para dar sentido a nuestra profesión de tenderos. Hemos de reconocer, no obstante, que accidentalmente adquirió cierta popularidad aquella primavera-verano a rebufo de chupar rueda de una cosa que por allí pasaba entonces en ese momento llamada “Mundial”. De ese guiso de pluma y balón salieron textos curiosos como “El Murmullo de los Elefantes” o simpáticos como las del “ambush marketing". También un tanto cañeros como “Efecto Mundial, daño colateral”, donde se arengaba a los nuestros a superar el bajón y recuperar la ilusión y el aliento ante nuestro primer encuentro perdido ante Bélgica. Al objeto así como de metáfora caústica de superación colectiva a base de vítores de la crisis económica. Pareciera leyendo aquellos post desde la distancia del tiempo que Villa y Casillas tuvieran entre sus manos y piernas la salvación del país. Fue sorpresivamente cuando ésta bitácora aún en pañales, para asombro de nosotros pocos, más gratos correos electrónicos recibió. Así, como de repente, disfrutamos de nuestro verano de gloria. En este caso hasta te leían los de casa, que nunca uno es digno profeta de su tierra. Y, en el peor de los casos, hasta se multiplican los lectores y te daban algún premio o por contra descrédito, que siempre cae algo del cielo sobre tu cabeza cuando se desenvaina la pluma. Y entonces todo lo que empezó siendo un juego, se convierte en algo que aparentemente tiene forma de herramienta apasionada y que, en muchos casos, no gusta en exceso a los jefazos incluso cuando se habla bien de sus logros. Bueno estuvo hasta posteriormente caímos de nuevo en la vulgaridad frente al navegante en el inmenso océano-cosmovisión que ya implica la red de redes.
Mas de todo aquéllo desvelamos una didáctica; y es aquella que reza que si terminas hablando de fútbol, da igual de lo que vaya tu rollo, tus seguidores y simpatizantes se vuelven legión mientras hables constantemente del dichoso esférico: las estadísticas de seguimiento y rebote que nos proporciona Google Analytics no dejan dudas. Hablar de futbol es hablar de tu éxito, es escalar a la cima de la cresta de su ola. El fútbol convierte en oro a todo y a todos lo que de algún modo se acercan a él o bien inician una conversación o un texto entorno a la teleología de las masas o el tratado de geometría del balón. Además es un tema incombustible ajeno a derretirse de gloria cual el aleteo de Ícaro hacia el Sol. El discurso futbolístico nunca muere de éxito. La programación de televisión de mayor seguimiento masivo descansa sobre la parrilla informativa deportiva, previos, resúmenes o tertulias, o de retransmisión relacionada con la actualidad o retransmisión de encuentros disputados. Los periodistas más leídos o los blogs más frecuentados son mayoritariamente aquellos relacionados con el fútbol, su análisis o su historia. Personalmente no alcanzo a entender qué tiene de hierático encantamiento el fútbol que puede hacer de un bufón aderezado de guirnaldas y cascabeles, un rey desnudo; cuál es su poder enigmático de convocatoria que todo lo que faraónicamente lo hace arrodillar frente a él lo diviniza y que todo sobre donde aposenta su dedo índice lo convierte en puro oro.
En definitiva, el propósito de esta serie de post futbolísticos no es, pues, aunque pudiera parecerlo, incrementar el número de visitas de un blog a veces a la deriva que no es más que la demencia quijotesca y febril de un conjunto encorsetado de frikies de hipermercado o del sector de la distribución y el comercio con complejo mesiánico (algún día hablaremos de ellos); tampoco una plataforma para decirle, o bien para gritarle al mundo que estamos vivos; ni mucho menos un elemento de presión contra las estructuras directivas sectoriales, que ellas saben que no. Es, simplemente, el sueño ufano de unos monos locos que, siendo los últimos de cada circo en el que deambulan, aún creen en el amor a su profesión (que lo es aunque a veces nos empeñemos a base de maldiciones en que no lo sea) y que cada dos años le gusta entonar el cántico delirante de su pasión futbolera y compartir las reflexiones acerca de su afición con otros forofos tenderos.
Ya iniciamos aquel verano, como otros tantos de eventos de fútbol internacional, con una serie de posts relacionados con este deporte y el comercio. Pero este año, un tanto cansados de bregar por tierras germánicas intentando adivinar las estrategias distribucionales de un gigante como “Amazon”, hemos querido dar paso en nuestra perrería a distintos y todo tipo de enfoques y opiniones acerca de la socioeconomía del fenómeno. Nos arrimamos, como últimamente hacemos, a un artículo prestado o bien sustraído, con la esperanza de coger de nuevo carrerilla e implantar de nuevo los nuestros. En el avance se sugieren los siguientes títulos que postearemos previos al inicio de campeonato europeo de selecciones y que prometen hablar de algo más fresco, distendido y divulgativo durante este mes y quién sabe si seguramente, gracias a los éxitos de nuestra selección, el que viene:
FOOTBALL MART: “¡Todo por la pasta!”, de David Rodríguez, periodista deportivo de “Babylon Magazine”.
FOOTBALL
MART: “Fin de temporada” con Gay de Liébana, Rafa Benítez y Alfredo Relaño en
debate abierto para “Babylon Magazine”.
FOOTBALL
MART: “¿Cuándo estallará la burbuja del fútbol español?”, de Aurelio Jiménez,
compañero de “El Blog Salmón”.
FOOTBALL
MART: “Adiós a la Ley Beckham” de Aurelio Jiménez, compañero de “El Blog
Salmón”.
FOOTBALL
MART”: “Lección de Macroeconomía”, por Saúl Suárez, de “LinealCero”.
FOOTBALL
MART: “Cuando éramos perdedores”, por Víctor G. Pulido, de “LinealCero”.
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