Dinero
y fútbol, tras una larga relación de noviazgo encubierta no
reconocida por los padres, deciden regular su situación. Llega la
hora de que la sociedad no viva de espalda a esta unión y asuma el
enlace entre deporte y negocio, lo saque a la luz pública y lo
acepte con condiciones. El concubinato es una rémora casposa del pasado.
Gay de Liébana, Rafa Benítez y Alfredo Relaño
en debate abierto para “Babylon Magazine”.
Ha dejado el fútbol profesional
a los 25 años y no por una lesión o por falta de talento, sino por
razones ideológicas. Javier
Poves llegó a debutar
en el “Sporting de
Gijón”, pero no se
sentía a gusto. Le sobraban los dos coches y la nómina que tenía
en el banco. Harto del dinero negro y de la corrupción que rodea el
mundo del fútbol, decidió estudiar el Grado de Historia en la
facultad… ¿un ejemplo a seguir entre la locura que invade el
fútbol patrio?, ¿algo está cambiando?. Quizás, pero el fútbol
español está herido de muerte. En breve quedará en manos del
capital extranjero, que tiene en la “Liga”
una inmejorable vía de acceso a la economía europea. Es barato
comprar un club en este país, para posteriormente saltar a otros
negocios: la mayoría están cargados de deudas y altos pasivos y, a
su vez, tiene la mágica posibilidad de reducirlas a la mitad con la
“Ley Concursal”.
Por otra parte no se ha sabido explotar el enorme activo del
futbol-base; se ha preferido fichar a futbolistas extranjeros y hacer
de oro a los intermediarios (que también hay dentro de los propios
clubes), aún a costa de la ruina actual. Con más gente de la casa,
con jugadores del filial y la cantera, los traspasos no habrían sido
tan desorbitados y se habría evitado la hiperinflación salarial de
los últimos quince años. Por citar algunos ejemplos: 13,5 millones
de euros es el sueldo de Jose
Mourinho, el
entrenador mejor pagado del Mundo. Y 11, 4 de millones es el sueldo
del jugador español mejor pagado de la “Liga
BBVA”, Carles
Puyol.
A pesar de que el jugador catalán es un ejemplo de brillante
recurso de cantera, la de Francia es la única gran liga donde han
entendido la idea de “fábrica futbolística”, de producción y
venta constante. Una lástima, porque si hay fútbol, hay pasión. Y
negocio limpio. Per se,
el mercado futbolístico es un sector residual no la altura de su
repercusión social y cuya facturación es una quinta parte de los
supermercados “Mercadona”.
Pero indirectamente mueve mucho dinero y muchas influencias: es un
“sector locomotora”. Genera más viajes, noches de hotel,
camisetas… Además, los grandes éxitos dinamizan el consumo y
refuerza la imagen de marca, como ocurrió con España al ganar el
Mundial de Sudáfrica.
Javier Poves, en un encuentro institucional del club con chavales
de la cantera. Deja el fútbol por razones de conciencia.
Cuando
mes sí, mes no, vemos caer canales del TDT, tiradas de prensa, canon
a las radios, caídas de consumo publicitario e incluso pequeñas
ciudades que se juegan la vida es un descenso… es cuando
desenmascarado el fútbol se muestra a la sociedad en toda su
manifestación de poder económico. Este poder es más tangible para
la subsistencia de muchos de los “mass
media”. Sin el
fútbol no subsistirían un elevado porcentaje de medios de
comunicación tal y como hoy en día se les conoce. Por tanto los
ingresos por televisión son la principal fuente financiación de los
clubes, muy por encima de los abonos y algo por encima del
merchandising;
para el Madrid o el Barça, suponen un tercio de su presupuesto anual
que esta temporada ha ascendido a 140 millones de euros muy alejados
de los modestos, que suele representar el doble: caso de sorpresas
como el “Málaga
C.F.” ostentado por
un millonetis árabe, que con unos quince millones de ingresos
televisivos, el 45% de su presupuesto estructural, ha alcanzado,
aunque con rumores de impagos, puestos de “Champions”.
La correlación del binomio club/medio es necesaria entre resultados
y beneficios relacionados con entidades que directa o indirectamente
viven del fútbol. No hay más que fijarse en la prensa deportiva,
donde las grandes noticias son las buenas; por ejemplo, tirando de
historial se constata que se vende el triple de periódicos de la
habitual, durante quince días, cuando el Madrid gana la “Champions”.
No obstante los medios venden su neutralidad: que interese dar una
visión optimista, sin embargo, no significa ir obligatoriamente de
la mano del club de cabecera. La gente tiende a pensar que esto es
así para los periódicos deportivos y a los clubes por contra les
parece todo apoyo mediático siempre escaso. Hay que contar, no
obstante, las cosas como son, guste o no, aunque se viva de ellos.
Los aficionados, que por una información no dejan de serlo, luego
tendrán su opinión sobre su equipo y sobre su medio. Como las
tenemos todos en lo que a las deudas de los clubes se refiere: no hay
solución a su voracidad de capital si no se regula el sector. De
toda la vida se ha gastado más de lo que se ha tenido, de tal modo
que unas generaciones han endeudado a las descendientes. Por eso,
ahora, van incluso contra la ley de mercado y piden más dinero por
sus derechos de televisión cuando se está pagando menos por todo;
incluso en esta línea de argumentación quieren aumentar el
porcentaje de derechos quinielísiticos; o cobrar por primera vez a
las radios como en el intento en esta temporada acabada, emisoras que
tanto hicieron en su día por popularizar este deporte, por
retransmitir todos los encuentros. Pero al contrario, tampoco: muchos
sectores que viven del fútbol no le aportan nada. Un sinsentido que
alcanza su culmen cuando los ayuntamientos financian a los equipos
con dinero público con la esperanza de un rédito electoral.
Deporte profesional y medios de comunicación, un binomio sinérgico.
Por
otra parte, no es que los intereses económicos interfieran
puntualmente en la gestión de un equipo; es que lo hacen
constantemente. No se habla de presiones de las marcas comerciales o
deportivas para alinear a cierto jugador, que no es más que un mito,
sino a la influencia de los compromisos publicitarios. Rafa
Benítez cuenta que
tuvo un jugador que volvió lesionado de grabar un anuncio. Nunca
dijo cuál, pero creemos se trataba de Fernando
Torres. El ex
atlético, a pesar de contar con un doble especialista, tuvo que
golpear hasta cuarenta veces un balón en las tomas de producción y
se dañó en aquella aventura el aductor derecho. Pero bueno,
situaciones así acaban produciéndose cuando alguien cobra cinco
millones limpios anuales por contrato con su club y veinte brutos por
imagen (según datos de la “Premier
Ligue”, la tercera
parte del futbolista español que más gana, el fuenlabrense, son
ingresos por publicidad).
Filosofía Capello: "Quiero ganar un euro más que el
jugador mejor pagado de mi plantilla".
Si
un entrenador pidió una peseta más que el jugador de su equipo
mejor pagado (referencia a Fabio
Capello), ¿qué no
van a hacer las estrellas y los jugadores franquicia por ganar más y
engordar su ego frente a un club?. Solía decir el mencionado Benítez
que a él personalmente no le gusta el modo de trabajar de la
“Premier”.
En ella el manager goza
de mayor autonomía en la gestión de los recursos y eso le hace
creer a la gente cree que tienes manos anchas para todo, para hacer y
deshacer. Pero no: “Si
el presupuesto para fichajes es de veinte millones, no te puedes
gastar ni uno más; aquí los derechos de televisión no son tan
generosos con los grandes como en la Liga; total, sacas la
calculadora, vendes y, ya de paso, compras y refuerzas la plantilla”.
Los nuevos propietarios que entran en la liga inglesa ponen mucho
dinero en los clubes y colocan directores ejecutivos para llevar la
parte financiera y controlar indirectamente también la parte
futbolística, sin atender a caprichos o bien necesidades de los
entrenadores-managers. ¿Se puede imitar ese modelo en España?. Los
Gil Marín
incomprendidamente lo intentan, pero es muy difícil. Llevaría mucho
tiempo. Además hay connotaciones culturales distintas; aún tiene
mucha importancia la figura democrática del socio. Irreconciliables
aspectos sociales y económicos se enfrentan nuevamente sobre un
campo de fútbol. Eso sí, la liga inglesa ha asimilado mejor la idea
de lo que deberá ser el fútbol en el futuro y está mucho más
concebida como negocio y orientada al espectáculo. Sin necesidad de
grandes estrellas se pueden obtener buenos resultados de marketing:
la premier sigue siendo la liga del mundo más competitiva e
imprevisible. Este año la ganó el “Manchester
City”. A día de hoy
en España sería impensable que la ganara un “Atlético
de Madrid”, vigente
campeón de la “Europa
Cup”, al que los
grandes ya sueñan con robarles a su jugadores de referencia: Diego
y Falçao.
A esto se le ha venido a llamar “liga
a la escocesa”.
A
pesar de contar con un doble especialista (en la foto), Torres
se
lesionó durante el rodaje de este filme publicitario para PepsiCo.
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