Chiringuitos piratas se apremian a ofrecer puestos de trabajo en nombre de reconocidas enseñas de distribución como “Dia%” o “Mercadona”. “LinealCero” desenmascara a una de estas redes fraudulentas.
En Madrid, a martes 8 de febrero de 2010.
Siempre es gratificante que tus ex-compañeros se pongan en contacto contigo vía redes profesionales o correo electrónico y te tengan al tanto sobre las ofertas de empleo que convoca la gran distribución. “Vuelve con nosotros”, parecen decirte sibilinamente, como si de la voluntad propia fuera el desempleo sectorial o del capricho del sector dependiera, con la que está cayendo. Sólo en “Infojobs”, portal de empleo de referencia, sin adentrarnos en otros formatos de búsqueda, se están batiendo todos los registros históricos de demanda para los puestos de mandos intermedios en las grandes y medianas superficies que convocan para su provisión las enseñas a través de la red. Nunca antes se manifestó tanta vocación espontánea y atomizada por pertenecer a esta "gran familia" por parte de grupos profesionales tradicionalmente renegadores de este oficio, que a orgullo que lo es. ¿Consecuencia?: se vuelven locos en los departamentos de recursos humanos para procesar todo el volcado de currículums que les llega a las oficinas centrales. No dan abasto, hasta tal punto que, por citar algunas de las que “LinealCero” tiene constancia fehaciente, “Makro” ha decidido finalmente externalizar la función en una consultoría británica afincada en las cercanías del “Instituto de Empresa” de Madrid; y “Auchan”, ante la avalancha, opta por escoger a jóvenes universitarios recién licenciados e incorporarlos a la enseña tras una pequeña formación de base. Cada cual tiene su método, no seremos nosotros los que entremos a debatirlo.
"Mercadona" es una de la enseñas favoritas de los piratas
a la hora de servir de cebo para sus timos telefónicos.
Todo esto viene a colación, sí, como decíamos, que en alguna ocasión antiguos compañeros te llaman o te escriben con la esperanza de orientarte dónde localizar el nicho de empleo, por si es preceptivo. Ayer fue una de estas ocasiones. Se halló en Extremadura, en un diario de tirada regional, en su sección de anuncios por palabras. “Empresa de supermercados precisa de personal para todo tipo de cometidos por nueva implantación en la zona. Tfno.- 625817598”, rezaba el anuncio de “El periódico Extremadura”, del día siete del mes en curso, escuetamente. El caso es que todo sonaba un tanto extraño. Porque si precisamente existe un área de negocio de distribución final que se domine por parte de esta weblog, aparte de la CAM o la CAV, es la región de Extremadura, donde el mercado del mediano y gran retail está especialmente maduro al respecto, por no decir talludito. Todo ello nos animó a escudriñarlo como cuando llevábamos a cabo investigación de proveedores y ofertas, sobre todo de esas increíbles que a veces te llegan por fax; o de ese proveedor-fantasma que surge de la nada y parece que te lo envía el mismísimo diablo con una oferta en el maletín, a cambio tu de alma, que no puedas acaso rechazar si quieres dar la campanada en tu hinterland. Como decimos, investigamos, pero no muy a fondo, porque la cosa no daba para tanta profundidad, ni tanta credibilidad… ¿qué enseña estaría jugándose el tipo en Extremadura en un periodo recesivo tan complicado y en un nicho tan saturado y coercitivo?. ¿Quizás “El Árbol”?, ¿tal vez “Mercadona”?, ¿acaso la pequeña enseña regional “Tambo”?. Un reclamo en la prensa, junto a los anuncios de academias a distancias para oposiciones públicas, no era en todo caso el estilo de ninguna de las citadas. Decidimos entonces llamar para encontrar la "trampa". Primer indicio de sospecha: nos da línea, no comunica. Raro para un teléfono que debería estar desprendiendo humo y fuego. Al tercer tono descuelga una centralita con enlatada voz femenina de contestador que nos confirma la oferta, pero nada más de añadido de información. Sólo nos apremia a anotar un número de teléfono alternativo donde realmente aseguran que nos atenderán. Es un fijo, sí, pero de tarifación adicional: un 807. ¡Vaya, ya tenemos el timo frente a nuestras narices!. ¿Continuamos?. Sí, me dicen, aún disponemos de presupuesto del año pasado. Telefoneo y parece que han descolgado. Compás de espera. Compás de espera prolongado. Nadie al aparato. Nos atiende por fin una chica, quizá una teleoperadora. No se identifica. Le apremiamos a ello pero se enreda en explicarnos cómo acceder a la preselección de la supuesta oferta. Le preguntamos a duras penas qué enseña está detrás de la oferta privada de empleo. “Bueno -nos dice- dependerá de la experiencia que tengáis”. Insistimos, no obstante, hasta vencer su resistencia. Nos aseguran con tono divagante que trabajan para “Dia%” y “Mercadona”, que están autorizados. Puesto que es así, le requerimos amablemente una dirección de correo electrónico para remitirles un currículum o una website que acredite el proceso de selección. “No, esto no funciona así- me espeta-. Yo te tomo los datos de tu currículum y los implanto en el ordenador. Y ya nos ponemos en contacto contigo. Dame tu nombre”. Tenemos algunos preparados y le facilitamos un nombre y apellidos ficticios: Manuel Sánchez Sánchez. “Repíteme, por favor, no lo he entendido: ¿Samuel Sancho, me dices…?”- se recrea prolongando artificialmente la conferencia. Me hacen un chasquido de dedos y me dicen que ya es suficiente, que corte. Diez minutos y ni siquiera ha alcanzado a anotar mi nombre, claro. “Qué maleducados que son- llegaría a pensar la chica del otro lado del hilo telefónico- ni se despiden: luego dicen que hay paro, es que la gente lo que no quiere es trabajar, sino más bien vivir de los que trabajamos”.
Las líneas de factutación adicional son un lucrativo negocio
en manos de empresas de escasa calidad y transparencia.
Nuestras sospechas iniciales se confirman. No existe ninguna empresa real, ni siquiera de selección; ni por supuesto ninguna oferta de empleo, tras este chiringuito telefónico, tan sólo fraude e insidia. No es un fenómeno aislado el que se manifiesta en este tipo de timos telefónicos, a los que la legislación y el sector de las telecomunicaciones ampara bajo el epíteto de “negocios de línea”, vislumbrando su poca trasparencia. Al mismo tiempo esta práctica pirata no es sí innovadora, sino que se reproduce el modelo en perpetuidad desde hace tiempo y en indistintas geografías de nuestra "piel de toro". Su estrategia de inserción de anuncios se basa en concretar regiones o áreas con una alta densidad de población de desempleo estructural o fuerte monocultivo industrial o sectorial, combinado con un bajo nivel formativo y crítico de trabajadores muy apegados a sus asentamientos de origen, esto es, con escasa o nula movilidad geográfica. Los piratas telefónicos persiguen al trabajador cautivo, incluso, hasta las gacetas de empleo que venden los quioscos, dictando en ellas anuncios “ad hoc” con todo aquello que su desprevenido target desea vivamente escuchar y orientando su depredador interés por los sectores potencialmente desamparados, donde se concentra mayor poder de desesperación por desempleo. En definitiva, ingenian el cebo perfecto. “El periódico Mediterráneo”, de Castellón, del mismo grupo editor del diario extremeño anteriormente citado, ofrece a través de sus páginas este timo telefónico mediante ofertas para el sector de la producción del azulejo en La Plana, un clúster valenciano totalmente devastado por el freno de la construcción en España, la competencia de la emergencia china en este segmento de producto y la caídas de las exportaciones de sus principales clientes: Rusia y Oriente Medio. Allí la cosa va más allá y los piratas, nos aseguran, ya no se conforman con absorber parte de los escasos recursos económicos de los desempleados más desfavorecidos a través de la facturación en línea, sino que además, jugando descorazonadamente con su psicología, les exigen el anticipo de un pago a través de un número de cuenta bancaria en concepto de "costes de formalización de entrevistas". Las cantidades van desde los €20 hasta los €50, unos valores estudiados por relativamente accesible que, aunque necesaria para el sustentamiento semanal de muchos hogares, invita a cualquier padre responsable de familia, urgido por su desesperación humana, a aportar si remisión. Y ello se fundamenta en la lógica que rige que todo recurso escaso (como es el empleo actualmente en España), lo es inversamente proporcional a su demanda. Y todo producto con fuerte pico de demanda restringida tiende al delito o al subterfugio legal.
El clúster del azulejo en La Plana esta sufriendo importantes recortes de producción
y personal, lo que aviva el interés de los piratas por especializarse en estos segmentos.
Así y todo, el negocio de los piratas con la ayuda permisiva de los medios de difusión de la información, es redondo: infraestructura nula, intensidad de trabajo, marginal: y coste operativo irrisorio (un anuncio por palabras y una línea de teléfono). Riesgo de penalización infrecuente y, ganancias, muchas, muchas ganacias. Según la OJD (Oficina de la Justificación de la Difusión en España), los diarios arriba referidos pertenecientes al "Grupo Zeta", obtienen una difusión media de ocho mil y once mil ejemplares diarios respectivamente. Eso propicia, para el caso del diario extremeño, según su editora, con sede en Barcelona, de un alcance mínimo para la cabecera de cincuenta mil lectores efectivos diarios (zetagestion.com/prensa) en una región con el 25% de desempleo oficial. La probabilidad mínima real de que al menos veinticinco personas se pongan en contacto con el teléfono de tarifación especial pirata permaneciendo una media de diez minutos le ha supuesto a la comunidad un coste social de cuatrocientos euros diarios. Lo suficiente, tirando por la mínima, para que los timadores puedan vivir olgadamente sin moverse de casa. en caso de verse descubiertos o denunciados, cosa rara, dan de baja la líneas de fijo tarifario y de móvil y reinciden con nuevas líneas. Consultamos a las fuerzas de seguridad. La Policía Nacional advierte al respecto: “Existen empresas que están sobrepasando la línea entre lo legal y lo ilegal a cuenta de la crisis financiera, e involucran sin su conocimiento a otras empresas de las que hacen connivencia, uso instrumental directo o indirecto para articular las operativas de sus fines lucrativos; juegan con el prestigio y el nombre de las marcas de las que se sirven o bajo la cual aseguran ser interlocutoras. Pero si nadie denuncia por el bien de su propio nombre, de su propia marca, nosotros no podemos hacer nada”. Existe un viaje atroz, hacia la fatalidad del desempleo, aquel que encamina a las gentes sin brújula hacía ninguna parte. Navegan sin rumbo, bordeando los límites de lo inimaginable, jugando con el abismo. Durante ese viaje hacia el fin de su universo al que se asoman, les empujan y le retiran lastre piratas de un mundo que ya no es esférico, sino que se le vuelve plano a medida que se le acaban los días, tan plano como al Capitán Sparrow se le descubre su mar cayendo en cascada hacia el universo por los extremos meridionales de su cartografía fantástica. Seamos responsables con el sector y evitemos que otros compañeros caigan por los acantilados infinitos del desprestigio que otros fomentan de nuestras enseñas, sean de nuestro nombre o no. Acabemos, entre todos, con los "piratas del abismo".
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