Las estructuras metálicas de albergación de cargas y mercancías sufren deterioros colaterales procedentes de la actividad a la que sirven. La prevención de sus daños estructurales se correlacionada positivamente con la prevención de riesgos laborales de sus usuarios.
Madrid, jueves día 10 de febrero de 2011.
Dentro del monográfico que estamos llevando a cabo para la formalización y conservación de las estanterías o estructuras metálicas presentes en la totalidad de nuestros almacenes, en esta entrada vamos a profundizar en las medidas de prevención que se deben adoptar al respecto de sus especificaciones, diseño, montaje y posterior mantenimiento y conservación. En primer lugar, llamar la atención sobre algo especialmente recurrente. La reutilización de piezas de montaje sueltas. Los motivos son varios y hasta tan comprensibles como irresponsables: el ahorro económico, la emergencia de recuperar cuanto antes el espacio de almacenaje al que da cobertura la pieza reutilizada, la actividades en cadena que puede llegar a neutralizar durante un denso periodo de tiempo, el periodo latente intrínseco a la llegada del técnico especializado en reparación de estructuras metálicas de almacenamiento… Sea como fuere, está totalmente desaconsejado la utilización de elementos recuperados de otras estanterías para solventar estas tribulaciones, aunque sean de igual tipo o naturaleza amoldable. El montaje y reinserción de piezas se llevará a cabo siempre por el suministrador de la estantería, con personal suficientemente preparado para dicha tarea y bajo su formación y protocolo de montaje. Aclarada esta incidencia, antes de comenzar el montaje de las estanterías se ha de revisar visualmente la losa de sustentación y subsanar cualquier anomalía que pudiera existir en ella. Las estanterías se fijaran únicamente a la losa, no debiendo fijarse a ningún otra estructura del edificio (paredes, jácenas, etc.), salvo que así este explicitado en la documentación de diseño. Las estanterías han de quedar montadas verticalmente respecto a sus escalas, horizontalmente respecto a sus niveles de carga y alineadas correctamente respecto a su longitud. Las tolerancias una vez finalizado el montaje ha de cumplir con las de las especificaciones del diseño. (Ver “Figura 5”, en el anterior post y “Figura 6” y “Figura 7”).
"Figura 6".- Protoplano de diseño de almacén.
Los riesgos asociados para el personal del almacén durante el uso de la instalación describen diferentes naturalezas. El personal del almacén o tienda-almacén está sometido a los riesgos de operación como pueden ser la caída de cargas sobre zonas de paso y/o trabajo, el hundimiento de los niveles de carga; los golpes y atropellos diversos por vehículos de manutención y de operatividad y riesgos ya clásicos asociados a los choques entre vehículos o golpes entre vehículos. y estanterías. En el caso de la caída de cargas sobre zonas de paso y/o trabajo, las principales causas que pueden producir este tipo de situaciones son las relacionadas con la utilización de elementos o instrumentos de carga (paletas, contenedores, etc.) sin la resistencia adecuada. Frecuentes es, además, la deficiente colocación de las cargas sobre las paletas, permitiendo que sobresalgan de la zona perimetral de las mismas. Este problema se acentúa si el equipo de manutención es conducido de forma inadecuada, el piso está en mal estado (baches, grietas, derrames de sustancias, etc.) o existen pendientes, desniveles o bordillos acentuados. Dispositivos de retención de cargas defectuosos o inexistentes (redes, mallas, largueros tope, etc.) también entran en escena, acompañados de una igualmente ineficiente colocación de las unidades de carga sobre los largueros o inadaptación de los mismos a las dimensiones de las paletas. La situación o colocación de cargas en alvéolos ya ocupados es otro clásico. La colocación de unidades de cargas una sobre otras en un mismo alvéolo, no estando el conjunto diseñado para ello (esto es, la unidad de conjunto que conforman paletas, estantería y largueros), como es normal, implica un riesgo grave de ciada por desprendimiento o mala sujeción que refleja una mala práctica habitual. Errónea percepción o apreciación de la altura de colocación de la carga por parte del conductor del V.A.E. (Vehículo Autopropulsado Elevador de cargas), es frecuente, en parte, a veces a la dificultad de la operación más que a la destreza del operario.
"Figura 7".- Sistemas de referencia del rack y dimensiones
con tolerancias: holguras horizontales y verticales.
Con respecto al hundimiento de los niveles de carga, las principales causas que pueden producir este tipo de situaciones se sustancializan en la sobrecarga local o general que genera la deformación de los elementos de la estructura. Estas sobrecargas se producen por el inadecuado reparto de las unidades de carga sobre las estanterías (unidades de carga más pesadas de las previstas, ubicación de las cargas más pesadas en los niveles superiores como lavadoras, palés de bazar pesado o de televisiones, etc.). Como consecuencia, sobrepasar los límites máximos de carga admisibles por desconocimiento del peso/ubicación real de las unidades de carga manipuladas acorta la vida útil de la estructuras de albergación y multiplica sus incidencias y riesgos para la mercancías, los suelos y lo que es de vital importancia, las personas, ya sean personal de almacén, vendedores, mandos, proveedores o clientes. En este sentido, un daño invisible o de menor percepción, si se prefiere, pero de igual importancia y consecuencias son aquellos infligidos por los anteriormente mencionados choques de las carretillas de elevación o de su carga contra los elementos de la estructura, que provocan deformaciones y perjudican la estabilidad del conjunto. Efectivamente son de menor intensidad, pero de mayor frecuencia recurrente, lo que tiende a debilitar la estructura y amenazar su estabilidad en lo longitudinal del tiempo del mismo modo que las sobrecargas en el corto y medio plazo. Ya por último, y sin caer en el riesgo de insistir demasiado al respecto, referencia explícita a los golpes y atropellos de diferente naturaleza y orden por parte de vehículos V.A.E. Las principales causas que pueden producir este tipo de situaciones se concretan en la inexistencia de una ordenación vial de las zonas del almacén, lo que provoca el atropello de personas por parte de los VAE.’s que circulan por los pasillos o viales o bien por la realización de trabajos de confección, paletización o división de las cargas, preparación de pedidos, etc., en zonas de circulación. Personal carente de la formación adecuada en el manejo de los equipos de manutención y/o en el uso de las estanterías suelen constituirse involuntariamente en focos de riesgo e incidencias. Por último, tener en cuenta que las colisiones entre vehículos en los viales de circulación o en operaciones de maniobra en zonas de espacio reducido condicionan las principales causas que pueden producir este tipo de situaciones y que vienen intrínsecamente relacionadas con la falta de señalización en los pasillos de circulación y en los cruces. Insuficiente dimensionado de los pasillos para el cruce de carretillas es hasta poco cuestionable en espacios comerciales donde se debe optimizar la mayor parte del suelo en beneficio de la superficie de venta, por lo que los VAE’s (existen multitud de tipos y dimensiones que garantizan los mismos servicios), deberán estar necesariamente condicionados en su adquisición o renting por el diseño de almacén a consecuencia de sus características técnicas de diseño a las que habrá de amoldarse el parque móvil de logística interna en función de su sistema de anchura, radio de giro, tipo de carga, etc.
"Figura 8".- Valores estándares recomendados
para el soporte cargas y mercancías paletizadas.
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