En un evento comercial como pueda
ser una feria o congreso de productos y servicios, las empresas y marcas comerciales
siempre ofrecen algo a cambio de tu atención. Pero a veces las compañías recurren
a todo tipo de promociones tan disparatadas como esperpénticas en su
originalidad con tal de hacerse notar. Craso error. En el “OM e-Commerce”
pudimos comprobar que lo simple sigue siendo lo más impactante en términos de coste-promoción.
Víctor G. Pulido para "Lineal Cero". En Madrid a 26 de abril de 2013.
He tenido la oportunidad de
regresar a Madrid durante algunos días con motivo de la “OM E-commerce” la cual ha desplegado toda su frenética actividad
en el IFEMA, y parece que la cosa no esté cambiando demasiado para la
suerte de muchos de los españoles. Inclusive pareciera que fuese a peor. Digo esto porque a la
salida del congreso el miércoles pasado, un tanto más apresura –podría confesar,
como bien sospechó Juan Carlos
Matarrubia, director de contenidos de “Alimarket”, que la cosa se debía al
fútbol- me abordó cortésmente en una de las bocas de metro de “Campo de las
Naciones” un hombre de mediana edad algo desaliñado. Con voz taciturna, indicó
mi cuello y me rogó que si por favor, y si no iba a emplearlo más, podría
facilitarle mi pase de prensa. Me quedé atónito. Y, por supuesto, le pregunté a
que se debía tan insospechado interés en suplantar mis compromisos de feria. La
respuesta fue contundente: “Si me das tu
pase, hoy podré comer. Dentro hay comida”.
Personas que sufren de desempleo crónico encuentran en ferias y
congresos un medio de subsistencia nutricional. Otros tiran de ingenio
y sentido del humor para su acción de marketing primitivo.
y sentido del humor para su acción de marketing primitivo.
Este tipo sin apenas recursos,
reflejo de una España tradicionalmente indolente con el destino de sus
ciudadanos, conocía uno de los principios fundamentales del marketing. En un evento comercial las empresas y
marcas comerciales siempre ofrecen algo a cambio de tu atención. Y suele
ser, no ya tanto un inservible objeto de promoción a modo de cortesía (y que
llegaría muy lejos si logra franquear la puerta de tu oficina), sino algún tipo
de recurso pragmático. En un mercado cautivo como un recinto ferial alejado de
toda urbanidad humana- precios abusivos en sus mal contadas cafeterías y colas insufribles
en sus escasos establecimientos de comida rápida- los pequeños aperitivos suele
ser uno de ellos. Por ejemplo, “SayPage”, recientemente instalada en España, tuvo
la agradecida idea de surtir a sus visitantes de bolsas de calientes palomitas
o cruasanes vegetales. “Affilinet”, una empresa de red de afiliaciones, obsequió
fruta fresca: sonrojadas fresas, apetecibles manzanas y naranjas del tiempo. "Trustly", la compañía sueca de transferencias bancarias de pago on-line, "mojitos". Y
“Heineken”, que no sabíamos a ciencia cierta qué pintaba en todo esto, nos
ofreció cerveza en una nueva botella de aluminio. Ahora bien, dado los vientos
de crisis que azotan la atmósfera comercial lo normal eran los caramelos y
pequeñas gominolas en todos los stands. Más bien parecía un congreso de
caramelos para decidir su futuro y debatir como enfrentarse a los dentistas y al
“Trident” que propiamente de profesionales del retail on line.
Los mojitos "Trustly" dieron el toque exótico al food
merchandising de la "OM Expo E-Commerce" de Madrid.
No es que vayas a comer, a beber o
a gorronear a la Feria, apenas tienes tiempo. Pero este tipo de detalles que
gusta a la gente no deja de ser más que una gentileza destinada a la partida
contable de fondo perdido promocional. Los que conocen las técnicas de
marketing de ferias y congresos saben que ofrecer aperitivos no es una estrategia
muy eficiente de cara a dar a conocer la marca. Contratar a un catering para llevar a cabo estos
servicios en un área ferial es caro; y el visitante tras comer, se olvida de la
marca que lo ha agasajado. Yo mismo no recuerdo ahora el nombre de la empresa
que me ofreció unos exquisitos bombones de prestigio. Les pido disculpas por sólo recordar la marca de la chocolatera belga.
¿Cómo se puede, entonces, hacer
marketing de feria en una feria de marketing?. Parece complicado poner en
práctica la “estrategia de cazar al cazador”. Para ello algunas compañías recurren a todo
tipo de promociones tan disparatadas como esperpénticas en su originalidad. Un
ilusionista haciendo trucos de magia en el cubículo promocional de “Trade
Tracker” no es la mejor técnica de atención. Desvías las miradas: las manos son
más rápidas que el logo. Ofrecer a los visitantes fotografiarse subido a una
llamativa Harley Davidson clásica frente al photowall
no hará que tu marca tenga mayor impacto por mucho que la gente se las suba al
“Facebook”. Y unos lápices ofrecidos mediante gesticulaciones y ademanes por
parte de la entrañable y abordadora pandilla de mimos que “Sellbytel” contrató
invita más a que se alejen de su marca antes que detenerse a hablar con ellos. Por
otra parte, sortear un jamón ibérico entre los participantes que se prestaron a
batir la máxima puntuación de una máquina de pinball en el stand de un distribuidor tecnológico cercano al
acceso principal, fue más un fenómeno irrisorio entre la concurrencia que de
realce de marca. Son todos candorosos trucos de feria decimonónica- como los globos de color naranja que regalaban los comerciales de "Smile"-en un
congreso en el que se hablaba de las técnicas de ventas que propician la
tecnología del siglo XXI.
Los mimos de "Sellbytel".
Simpáticos, sí. Pero poco efectivos.
Pero entre toda esta parafernalia
redúndate o bien desubicada llego “Seur”, y nos dio una lección de marketing a
todos: la simplicidad. El principio de utilidad promocional que empleó para dar
soporte al visitante circunstancial fue una de las mejores sino la más
eficiente de todas las estrategias promocionales empleadas en el “OMExpo E-Commerce Congress”. Cargados
de folletos, trípticos, revistas, catálogos y demás enseres que desafiaban
nuestra capacidad de atesoramiento, el courier
español fue el único que se dedicó a regalar amplias bolsas de plástico donde
poder transportarlos. Las afanadas azafatas de “Seur” encontraron la forma
más simple y útil de promocionar su marca en todo el recinto. Al cabo de la
hora de comer, una gran parte de los asistentes-unos ocho mil sólo el primer día-
portaban su bolsa con su logo y membrete. En un evento masivo donde se puso
especial atención a la logística
e-commerce y donde participaban activa y encarnizadamente todos los operadores del sector
de la paquetería (de hecho “Correos” fue el patrocinador oficial de
referencia), el coste por impacto a nivel de merchandising que resultó ser más determinante fue el de “Seur
España”. La utilidad genera el éxito de promoción. La simplicidad es merchandising, es
marketing.
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